Blog Dr. Miguel González

¿Y si ya tengo osteoporosis y no lo sé?

La mayoría de las personas que hoy viven con fracturas por osteoporosis no sabían que tenían esta enfermedad. Y, casi todas, pudieron haber evitado estas fracturas que afectan su movilidad y calidad de vida.

Esta es una de las verdades más frustrantes que debo enfrentar como parte de mi ejercicio médico.

Como especialista en osteoporosis y ortopedia geriátrica, todos los días atiendo pacientes que llegan con fracturas que cambiaron su vida. Fracturas que los obligaron a dejar de trabajar, que les quitaron su independencia, que los llenaron de miedo cada vez que daban un paso o que los obligaron a dejar de lado sus pasiones y aficiones. Y la inmensa mayoría de ellos me dicen lo mismo: “Doctor, no sabía que tenía osteoporosis.”

Pero lo más duro no es eso. Lo más duro es saber que casi todas esas fracturas pudieron evitarse.

¿Y si ya tienes osteoporosis… y no lo sabes? Porque eso le pasa a millones de personas en el mundo. Literalmente.

No estoy hablando de otras personas. Estoy hablando contigo. Porque estadísticamente, si tienes más de 50 años, hay una probabilidad real no remota, real de que tus huesos ya no sean los que crees que son.

Y no lo sabes porque esta enfermedad tiene una característica que la hace especialmente peligrosa: es completamente silenciosa, hasta que deja de serlo.

¿Por qué no lo sabes?

Porque la osteoporosis no grita. Susurra.

No te despierta en la madrugada con dolor. No te hace sentir débil. No aparece como un sarpullido o una fiebre. No interfiere con tu día a día… hasta que lo hace de la forma más brutal posible: con una fractura.

¿Cuándo fue la última vez que prestaste atención a tus huesos? Probablemente nunca. Porque cuando todo funciona bien, los huesos son invisibles. Hacen su trabajo sin que pienses en ellos.

El problema es que la pérdida ósea también es invisible.

Mientras lees esto, si tienes osteoporosis, tus huesos están perdiendo densidad. Se están volviendo porosos, frágiles, quebradizos. Pero tú te sientes exactamente igual que ayer, o que hace un mes o hace un año.

El retraso en el diagnóstico no es un accidente. Es la naturaleza misma de la enfermedad.

Déjame mostrarte cómo se revela la osteoporosis en la vida real:

Clara, una mujer de 65 años, pensaba que se había “encogido un poco” porque “así es la edad”. Había perdido 7 centímetros de estatura. ¿La razón? Tres fracturas vertebrales que nunca supo que tuvo. Su cuerpo se estaba colapsando lentamente y ella lo normalizó como “parte del envejecimiento”.

Alberto, un hombre de 58 que venía arrastrando un “dolor de espalda” desde hacía meses. “Será la postura”, pensaba. En realidad, era una fractura vertebral por compresión. Su columna se había fracturado sin ningún trauma, sin caída, sin accidente. Solo porque sus huesos ya no podían con el peso de su propio cuerpo.

Marta, una mujer de 60, se tropezó con el bordillo del andén. Una caída tonta, de esas que a cualquiera le pasan. Pero ella no se levantó con un moretón. Se levantó con la cadera rota.”Mala suerte”, dijeron todos. No era mala suerte, era osteoporosis no diagnosticada esperando su momento para hacerse evidente.

¿Sabes qué tienen en común las historias de estos pacientes? Los tres sufrieron fracturas que llegan tarde al diagnóstico. Fracturas que pudieron haberse evitado si alguien el médico, el sistema de salud, o ellos mismos hubiera actuado antes.

Lo peor: se pudo haber evitado

Aquí está la verdad más incómoda de todas: la mayoría de fracturas por osteoporosis eran prevenibles. Lo que faltó fue tiempo. O mejor dicho: diagnóstico a tiempo.

Cuando un paciente llega a mi consultorio con una fractura y le ordeno realizarse una densitometría por primera vez, casi siempre encuentro osteoporosis severa. No leve, ni moderada. Severa. Porque para que un hueso se fracture con una caída simple o un movimiento cotidiano, la pérdida de la resistencia, su reserva de calcio y/o su calidad ósea, ya es importante.

Y entonces viene la pregunta que me parte el corazón: “Doctor, ¿por qué nadie me dijo que tenía que hacerme este examen?”

La respuesta es compleja. A veces es falta de información. A veces es culpa de un sistema de salud que no prioriza la prevención. A veces es la propia persona que nunca preguntó, nunca se hizo el tiempo, nunca pensó que le podía pasar.

Pero la pregunta que importa ahora no es “¿por qué no lo hice antes?”. La pregunta es: “¿por qué no lo estoy haciendo ahora?”

Escucha lo que me dicen mis pacientes cuando ya es tarde:

“Pensaba que solo me dolía la espalda por la edad. Nunca imaginé que tuviera fracturas”.

“Nadie me mandó a hacer una densitometría. Creí que si fuera importante, mi médico me lo hubiera dicho.”

“Me sentía bien. No tenía motivos para hacerme estudios.”

“Sabía que mi mamá tuvo osteoporosis, pero pensé que a mí no me iba a pasar.”

Cada una de estas frases representa una oportunidad perdida. Un momento en el que se pudo haber hecho algo y no se hizo.

¿Quién debería sospecharlo ahora mismo?

Deja de pensar en estadísticas abstractas. Hablemos de ti.

¿Tienes más de 50 años? Entonces tu riesgo ya aumentó significativamente. En mujeres, la pérdida ósea se acelera dramáticamente después de la menopausia. En hombres, empieza más tarde, pero es igual de real.

¿Has perdido estatura? Si eres más bajo ahora que hace 10 años, si tu ropa te queda diferente, si la gente comenta que “te encogiste”, esto no es normal. Puede ser una señal de fracturas vertebrales por compresión que no supiste que tuviste.

¿Tienes antecedentes familiares? Si tu madre, tu padre, o tus hermanos tuvieron osteoporosis o fracturas después de los 50, tu riesgo es real y medible. La genética importa.

¿Has tenido una fractura sin golpe fuerte? Esta es la señal más clara. Si te fracturaste con una caída desde tu propia altura, si te rompiste algo haciendo actividades normales, necesitas una densitometría ya. Esa fractura está gritando que hay osteoporosis.

¿Eres una mujer posmenopáusica? La caída de estrógenos acelera la pérdida ósea de forma dramática. Los primeros 5-10 años después de la menopausia son críticos. Este es el momento de mayor riesgo y el mejor momento para detectar y tratar.

¿Eres un hombre mayor sedentario? Los hombres piensan que la osteoporosis es “cosa de mujeres”. Un error fatal. Los hombres también la tienen, y cuando llega, suele ser más severa porque nadie la busca.

¿Has tomado corticoides por tiempo prolongado? Prednisona, hidrocortisona, dexametasona. Si los has usado por meses o años (para asma, artritis, enfermedades autoinmunes), tus huesos están en riesgo. Los corticoides son una de las causas más comunes de osteoporosis secundaria.

¿Fumas o tomas alcohol regularmente? Ambos interfieren con el metabolismo óseo. No es solo el pulmón o el hígado. Los huesos también pagan el precio.

¿Tienes bajo peso o has tenido trastornos alimenticios? La masa corporal baja se asocia con menor densidad ósea. Si has tenido anorexia, bulimia, o periodos prolongados de restricción alimentaria, tus huesos lo saben.

¿Has tenido períodos sin menstruación (fuera del embarazo)? La amenorrea prolongada, sea por ejercicio excesivo, estrés, o trastornos hormonales, les roba a tus huesos el estímulo hormonal que necesitan para mantenerse densos.

Si tu respuesta fue sí a alguna de estas preguntas, podrías tener osteoporosis sin saberlo.

Y no es un “podrías” en teoría, es un ”podrías” en la práctica. Ahora mismo. Mientras lees esto.

Lo que sí puedes hacer a tiempo

La buena noticia —y sí, hay una buena noticia— es que la osteoporosis detectada a tiempo es una enfermedad manejable.

El diagnóstico temprano lo cambia todo.

Una densitometría ósea es un estudio simple, no invasivo, que toma 15 minutos. Te acuestas en una camilla mientras una máquina escanea tu columna lumbar y tu cadera. Sin dolor, sin inyecciones, sin preparación especial.

Y en esos 15 minutos obtienes información que puede cambiar tu vida: sabes si tus huesos están sanos, si están empezando a debilitarse (osteopenia), o si ya tienes osteoporosis.

Los exámenes están disponibles.

No necesitas equipo sofisticado de último modelo. La densitometría existe hace décadas y está disponible en la mayoría de las ciudades. No es un estudio experimental ni de acceso limitado. Está ahí, esperando que tú decidas hacértelo.

La prevención de fracturas es real y efectiva.

Si detectamos osteoporosis antes de la primera fractura, tenemos un arsenal de herramientas para fortalecer tus huesos:

  • Medicamentos que detienen la pérdida ósea e incluso revierten parte del daño
  • Suplementos de calcio y vitamina D en dosis adecuadas (no adivinadas)
  • Programas de ejercicio específicos que fortalecen huesos y músculos
  • Modificaciones en el hogar para reducir riesgo de caídas
  • Seguimiento regular para asegurar que el tratamiento funciona

Pero todo esto solo es posible si sabemos que hay un problema. No puedes tratar lo que no sabes que tienes.

La decisión personal informada es tu mejor herramienta.

Nadie te puede obligar a cuidarte. Ni yo como tu médico, ni tu familia, ni el sistema de salud. La decisión de saber y actuar es tuya.

Pero que sea una decisión informada. No una decisión por omisión. No un “ya veré” que se convierte en “ojalá lo hubiera hecho antes”.

Decide hoy si quieres saber o no. Si decides que sí, actúa. Si decides que no, al menos que sea una decisión consciente, no una postergación disfrazada de “después lo hago”.

No se trata de tener miedo. Se trata de no llegar tarde.

No escribí este artículo para asustarte. Lo escribí para sacudirte y movilizarte.

Porque he visto demasiadas fracturas evitables. He visto demasiadas vidas que cambiaron en un segundo porque nadie —ni el paciente, ni el médico— actuó cuando todavía había tiempo.

La osteoporosis no es una sentencia de muerte. No es el fin de tu vida activa. Pero las fracturas por osteoporosis sí pueden serlo.

Una fractura de cadera te puede quitar tu independencia. Una fractura vertebral te puede dejar con dolor crónico que no se va nunca. Una fractura de muñeca puede impedirte hacer las cosas simples que disfrutas.

Y lo peor de todo: cuando llegas a la fractura, ya no estamos hablando de prevención. Ya estamos hablando de daño controlado.

Hoy es el mejor día para saber si tienes o no osteoporosis. Porque aún estás a tiempo de prevenir la fractura.

No mañana. No el próximo mes. No “cuando tenga tiempo”. El momento es hoy.

Llama a tu médico. Pide una orden para densitometría. Agenda el estudio. Son tres acciones simples que pueden cambiar tu futuro.

Porque la diferencia entre una vida activa y una vida limitada por el miedo no está en la suerte. Está en la decisión de saber a tiempo.

¿Y si ya tienes osteoporosis y no lo sabes?

Solo hay una forma de saberlo. Y esa forma está disponible para ti hoy.

La pregunta es: ¿vas a actuar?

Recuerda que estoy aquí para ayudarte. Pide hoy mismo una consulta presencial en mi consultorio en Bogotá, o suscríbete a mi canal de YouTube para mantenerte al día con todo mi contenido para informarte y guiarte en el camino para cuidar la salud de tus huesos y articulaciones.

El momento de actuar y prevenir es ahora.

Miguel Angel Gonzalez Reyes - Doctoralia.co
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