¿Por qué me duele la rodilla al subir escaleras?
Cuando cada escalón se convierte en un desafío
“Doctor, me duele la rodilla cada vez que subo las escaleras de mi casa”. Esta es una de las frases que más escucho en mi consultorio en Bogotá. Y no es para menos: subir escaleras es una de las actividades cotidianas que más exigen a nuestras rodillas. El problema es que las escaleras están en todos lados, incluso en el interior de nuestras propias casas, por lo que evitarlas por completo resulta prácticamente imposible para muchos de nosotros.
¿Te duelen las rodillas con regularidad cuando subes escaleras? ¿Te preocupa que este dolor pueda ser un síntoma de una complicación mayor en tus rodillas? El mensaje que te quiero traer hoy es: el dolor de rodilla al subir escaleras no siempre es señal de algo grave, pero entender qué está pasando es el primer paso para cuidarte mejor.
También te traigo una buena noticia: muchas veces este dolor tiene solución, y conocer sus causas te ayudará a saber cuándo y cómo tomar acción para tratarlo.
¿Qué le pasa a tu rodilla cuando subes escaleras?
Piensa en tu rodilla como una articulación que funciona como una bisagra de una tapa, pero con mucha más complejidad. Cada vez que subes o bajas un escalón, tu rodilla soporta entre 3 y 4 veces tu peso corporal.
Durante este movimiento, varios elementos trabajan en equipo:
- Los músculos de tu muslo (especialmente el cuádriceps) tienen que contraerse con fuerza para impulsarte hacia arriba o frenar y mantener tu equilibrio si bajas.
- El cartílago actúa como un amortiguador que protege los huesos de la fricción
- Los ligamentos mantienen todo en su lugar mientras te mueves
Cuando alguno de estos elementos no funciona como debería —ya sea por debilidad muscular, desgaste del cartílago o sobrecarga— aparece el dolor. Es la forma en que tu cuerpo te dice: “algo aquí necesita atención”.
Las causas más frecuentes desde mi experiencia
Durante los más de 20 años que llevo evaluando pacientes con afecciones de rodilla, he identificado que las causas más comunes del dolor de rodilla al subir o bajar escaleras suelen ser:
Debilidad del músculo cuádriceps: Cuando este músculo no tiene la fuerza suficiente, la rodilla trabaja con mayor presión y aparece la molestia. Es muy frecuente en personas que han estado inactivas o que tienen trabajos muy sedentarios.
Sobrecarga articular: El sobrepeso, el ejercicio excesivo sin preparación adecuada o los movimientos repetitivos pueden generar inflamación en la rodilla. Muchas veces veo esto en personas que decidieron “ponerse en forma” de un día para otro sin una progresión adecuada.
Desgaste del cartílago (condromalacia rotuliana): Es especialmente común en adultos jóvenes y se relaciona con el desgaste de la parte posterior de la rótula (también conocida como patela). El dolor aparece justo al bajar escaleras o al estar mucho tiempo sentado.
Problemas de alineación o de postura: Si tu rótula no se desliza correctamente por su canal, genera fricción y dolor. Esto puede estar relacionado con la forma de caminar, el tipo de calzado o incluso con la debilidad de otros músculos de la cadera.
Lesiones previas mal recuperadas: Un esguince antiguo o una caída que “pasó sin más” puede dejar secuelas que se manifiestan meses o años después.
Lo más alentador es que muchas de estas causas son reversibles o pueden prevenirse. No estás condenado a vivir con dolor, pero sí necesitas actuar a tiempo.
¿Cuándo debes preocuparte y buscar ayuda?
No todos los dolores de rodilla requieren una visita inmediata al médico, pero hay señales que no debes ignorar:
- Dolor que no mejora después de 2-3 semanas de reposo relativo
- Inflamación visible en la rodilla que persiste
- Sensación de que la rodilla “se traba” o “cede” al subir o bajar escaleras
- Dolor nocturno que interrumpe tu sueño
- Dificultad para extender o doblar completamente la rodilla
- Dolor acompañado de fiebre o enrojecimiento intenso
Estos síntomas pueden indicar que hay algo más que una simple sobrecarga y que vale la pena consultar con un especialista, especialmente si tienes factores de riesgo o un diagnóstico de osteoporosis o de artrosis.
Por otro lado, si tu dolor es leve, apareció hace poco y solo se presenta al subir escaleras, pero no limita tu vida diaria, puedes empezar prestando atención a tus hábitos y dándole tiempo a tu cuerpo para recuperarse.
Lo que puedes hacer para cuidar tus rodillas
Aunque no voy a darte una rutina de ejercicios específica aquí (pues esta debe ser siempre personalizada), sí quiero compartirte los principios generales que les recomiendo a mis pacientes en mi consultorio en Bogotá.
- Mantente en movimiento: el reposo absoluto no es tu aliado. El cartílago necesita movimiento para nutrirse. Caminar por terreno plano, nadar o andar en bicicleta suelen ser buenas opciones.
- Fortalece tus músculos: un cuádriceps fuerte es la mejor protección para tu rodilla. Busca orientación profesional para hacerlo de manera segura.
- Cuida tu peso: cada kilo de más se multiplica por varias veces en la carga que soportan tus rodillas al subir o bajar escaleras.
- Usa calzado adecuado: los zapatos con buena amortiguación y soporte hacen una diferencia real.
- No ignores las señales: si sientes molestia, reduce la intensidad de la actividad que la provoca y busca alternativas temporales.
Un mensaje de esperanza
He visto cómo pacientes que llegaron a mi consultorio pensando que “nunca más podrían subir o bajar escaleras sin dolor” logran recuperarse por completo con el abordaje adecuado. La clave está en el diagnóstico temprano y en entender que tu rodilla, al igual que el resto de tu cuerpo, tiene una capacidad increíble de adaptación y recuperación cuando le das lo que necesita.
No estás solo en esto. El dolor de rodilla al subir o bajar escaleras es más común de lo que imaginas y, en la mayoría de los casos, tiene solución. Lo importante es no normalizar el dolor ni pensar que “es cosa de la edad” o que sencillamente “así me tocó vivir”.
Tu rodilla te habla a través del dolor. Escúchala, entiéndela y busca el acompañamiento profesional que necesitas. Mientras más pronto actúes, mejores serán los resultados.
Si este artículo te ayudó a entender mejor lo que te está pasando, te invito a suscribirte a mi canal de YouTube, donde comparto información y contenidos educativos para ayudarte a cuidar mejor tus rodillas. Y si tus síntomas persisten o te preocupan, no dudes en agendar una cita presencial en mi consultorio en Bogotá. Recuerda que estoy aquí para ayudarte.

