¿Cómo saber si necesito o no una cirugía para mi rodilla?
A medida que una lesión o afección en nuestras rodillas se va volviendo más compleja, muchas veces pensamos que esto significa que vamos a terminar, sí o sí, sometiéndonos a una cirugía de reemplazo total de rodilla. Y aunque en muchos casos ésta es la opción más indicada para recuperar nuestra movilidad y calidad de vida, en muchos otros existen otras opciones de tratamiento o intervención quirúrgica menos invasivas que nos pueden ayudar a mejorar la salud de nuestras rodillas.
En este artículo, quiero abordar algunas de las preguntas que con más frecuencia me hacen mis pacientes en mi consultorio respecto a la opción de realizarse una cirugía de rodilla. Recuerda que no hay dos pacientes iguales y que tu caso específico debe ser valorado por un ortopedista especialista de rodilla, con apoyo de radiografías y demás pruebas diagnósticas, para determinar si necesitas o no una cirugía de rodilla.
1 – ¿De qué depende que me tenga que realizar una cirugía de rodilla?
Para determinar si un paciente necesita o no realizarse una cirugía de rodilla, los especialistas consideramos varios factores, el dolor, la limitación funcional, que pueden determinar la gravedad de la lesión o el grado de desgaste articular, además de la edad, el nivel de actividad física y las expectativas propias del paciente respecto a su movilidad y estilo de vida.
Las afecciones o condiciones de rodilla que con más frecuencia requieren una intervención quirúrgica son:
- Lesiones de ligamentos o meniscos, como desgarros o roturas, que pueden causar inestabilidad y dolor persistente.
- La osteoartritis, que es el desgaste progresivo del cartílago articular asociado al proceso de envejecimiento, y que puede ocasionar una pérdida significativa de movilidad y dolor crónico.
- Traumatismos, como fracturas del hueso o lesiones graves en los demás tejidos de la rodilla.
2 – ¿Cuánto tiempo durará mi recuperación?
El tiempo de recuperación después de una cirugía de rodilla varía según el tipo de procedimiento que se realice, la edad del paciente y su estado general de salud. En general, se pueden esperar los siguientes plazos aproximados:
- Para una artroscopia de rodilla, que es un proceso mínimamente invasivo para reparar o reconstruir meniscos o ligamentos, los pacientes deben esperar de 4 a 6 semanas para volver a realizar actividades de poco esfuerzo e impacto en la articulación, y entre 3 y 6 meses para una recuperación completa.
- Un reemplazo total de rodilla, que implica la instalación de una prótesis, el tiempo de recuperación suele ser de 6 a 12 semanas para que el paciente pueda caminar sin ayuda y alrededor de 6 meses para una recuperación completa.
Para que estos tiempos de recuperación no se extiendan, es fundamental que el paciente siga cuidadosamente las indicaciones de cuidados del cirujano y que cumpla cabalmente el plan de rehabilitación (como fisioterapia) para lograr una recuperación satisfactoria.
3 – ¿Volveré a quedar como antes?
Ésta es una de las preguntas que más me hacen mis pacientes y probablemente la más difícil de responder por la carga emocional que implica para ellos. Por eso trato de ser lo más claro posible: el objetivo principal de una cirugía de rodilla es restaurar la funcionalidad de la articulación y aliviar el dolor, pero es prácticamente imposible revertir completamente el daño o el desgaste articular.
La buena noticia es que, con una rehabilitación juiciosa y adecuada, la mayoría de los pacientes logra recuperar un buen rango de movimiento y mejorar significativamente su calidad de vida en comparación a cómo estaban antes de la cirugía.
En todo caso, es importante que tanto los pacientes como los médicos especialistas en cirugía de rodilla tengamos expectativas realistas. En algunos casos, especialmente en pacientes de edad avanzada o que presentan enfermedades crónicas, puede haber una pérdida residual de la flexibilidad de la articulación.
4 – ¿Podré volver a practicar deporte?
Son muchos los casos en los que las lesiones o afecciones de rodilla se producen durante o como resultado de actividades físicas de alto impacto, como jugar fútbol, correr maratones, practicar crossfit, entre otras. Como es de esperarse, la mayoría de estos pacientes desean retomar estas actividades lo más pronto posible, ya sea porque son deportistas profesionales o porque son éstas representan una afición que es importante para su estilo de vida.
La capacidad para retomar actividades deportivas después de una cirugía de rodilla depende del tipo de procedimiento realizado y de la actividad física que realizan. En términos generales, las actividades de bajo impacto, como caminar, nadar o andar en bicicleta sobre terrenos planos, suelen ser mucho más factibles de retomar después de una recuperación completa.
Para deportes de mayor impacto, como el fútbol, el tenis o el baloncesto, las posibilidades para retomar su práctica regular varían de acuerdo a la gravedad de la lesión inicial y la estabilidad articular alcanzada después de la cirugía. En cualquier caso, es indispensable que el paciente siga las recomendaciones del cirujano y complete un programa de rehabilitación progresivo antes de retomar actividades deportivas intensas.
5 – ¿En qué casos es necesario un reemplazo total de rodilla?
Un reemplazo total de rodilla, también conocido como artroplastia de rodilla, consiste en reemplazar la articulación por una prótesis de material sintético para que el paciente pueda mejorar su movilidad y su calidad de vida. Esta es la versión “clásica” de la cirugía de rodilla que nos viene a la mente con más frecuencia y que suele generarnos más temor.
Sin embargo, gracias a los avances médicos y tecnológicos de las últimas décadas, hoy en día contamos con alternativas menos invasivas para que este tipo de reemplazos articulares se reserven para casos particulares.
Algunas de las situaciones más comunes que pueden requerir un reemplazo total o artroplastia de rodilla son:
- Osteoartritis grave con dolor persistente y discapacidad funcional significativa.
- Deformidades articulares severas, como rodillas en varo o valgo.
- Fracturas articulares complejas o irreparables.
- Artritis reumatoide u otras enfermedades articulares degenerativas avanzadas.
- Traumatismos que generen un daño articular severo.
¿Necesitaré una cirugía para aliviar mi dolor de rodilla?
En conclusión, someterse a una cirugía de rodilla es una alternativa de manejo médico que depende de una amplia variedad de factores individuales que deben ser considerados cuidadosamente por un ortopedista especialista en rodilla.
Cada caso es único y existen alternativas menos invasivas que nos pueden ayudar a aliviar nuestros dolores de rodilla.
Por eso, antes de asustarnos con una cirugía compleja que requerirá una recuperación larga y dolorosa, debemos consultar con un especialista para evaluar cuidadosamente los riesgos, beneficios y expectativas frente a una cirugía de este tipo.
No olvides que con una planificación adecuada y un compromiso con la rehabilitación, muchos pacientes logran mejorar significativamente su calidad de vida después de una cirugía de rodilla. Y tú puedes ser uno de ellos.